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Saturday, June 28, 2008


Frutales andinos


. PEPINO DULCE
. TOMATE DE ARBOL
. PAPAYO DE ALTURA O CHAMBURU



PEPINO DULCE
(Solanum muricatum)
Nombres botánicos: Solanum muricatum Ait., S. variegatum R. & P., S. pedunculatum Roem & Schult, S. guatemalense Hort.
Familia: Solanáceas.
Nombres comunes: quechua: cahum, xachum; aymara: kachuma; castellano: pepino, pepino dulce (Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia), mataserrano (Perú, regiones central y meridional), peramelón (Canarias); inglés: Peruvian pepino, sweet cucumber, pear melon.



El pepino, S. muricatum, es originario de la región andina, y domesticado desde tiempos prehispánicos; actualmente se le conoce sólo en cultivo. Tanto los nombres en lenguas nativas como las representaciones en diversos objetos de cerámica de las culturas Chimú y Paracas constituyen pruebas de que se trataba de un cultivo de amplia difusión e importancia en esas épocas. No lo fue durante la Colonia y tampoco durante la República. Durante la Colonia, el virrey Melchor de Navarra, conde de la Palata, prohibió el consumo de esta fruta y se le otorgó el repudiable nombre de mataserrano. La voz española pepino podría haber tenido la intención de facilitar la introducción de Cucumis sativus L. (Cucurbitácea), especie conocida también con este nombre, pues desde entonces se produjo una confusión entre las denominaciones. En la costa norte del Perú (valles de Virú y Moche) existe la creencia entre los agricultores de que el consumo de pepinos, después de haber bebido licor, puede causar la muerte. Nombres y creencias han contribuido a que el cultivo de S. muricatum se practique en pequeñas áreas y su producción permanezca en estado incipiente. Esta situación no es la misma en los países donde ha sido introducido. Se conocen cultivos comerciales de técnica avanzada en Chile, Nueva Zelandia y Estados Unidos (California), como resultado de la aceptación de esta fruta en los mercados norteamericano, europeo y japonés.

Usos y aplicaciones

Los frutos de S. muricatum se consumen en estado maduro como fruta refrescante e hidratante tras esfuerzos físicos. Los pastores de Moche y Virú llevan pepinos en la alforja para consumirlos durante las caminatas por el desierto.

Son frutos atractivos a la vista por su color blanco amarillento, con jaspes y rayas longitudinales, purpúreos al estado maduro; son agradables al olfato y al gusto, por su suave aroma típico y sabor ligeramente dulce. Son de escaso valor nutritivo. Sin embargo son reconocidas sus propiedades diuréticas, probablemente por su alto contenido de agua (92 por ciento) y se le atribuye un buen contenido de iodo, razón por la cual se recomiendan contra el bocio. Además contienen 7 por ciento de carbohidratos y vitamina C en una proporción de 29 mg por 100 g.

Descripción botánica

Planta herbácea, muy ramificada y de base leñosa. Follaje abundante, hojas simples o pinnadas (1-3 pares de folíolos), láminas y folíolos elíptico-lanceolados, estrigosos o glabros. Inflorescencia subterminal con pocas flores. Flores pentámeras, cáliz persistente en el fruto, corola actinomorfa de 2 cm de diámetro y color azulado con márgenes blanquecinos. Estambres más cortos que la corola, anteras amarillas conniventes, deshiscentes por poros apicales. El estilo emerge ligeramente por entre las anteras. Fruto ovoide cónico a subesférico, con o sin semillas.

Fenología. Las plantas propagadas por vía vegetativa son de rápido crecimiento, e inician la floración a los 4-5 meses después de la siembra. El ciclo biológico, mediante esta forma de propagación, es el siguiente:

• enraizamiento de las ramas: es muy rápido (10-15 días) en suelo húmedo;

• crecimiento vegetativo: se manifiesta por la abundante emisión de ramas y follaje, y dura 3-3,5 meses;

• floración y fructificación: es abundante por el número de ramas y dura 1,5-2,5 meses;

• estado de postcosecha: es un período de descanso de la planta durante el cual no se emiten ramas ni follaje. Es el momento apropiado para obtener esquejes de propagación y al mismo tiempo podar la planta;

• rebrote: con la presencia de mayor humedad, la planta inicia un nuevo ciclo fenológico.

Las plantas propagadas por semilla son más tardías. A pesar de que la planta es perenne, los agricultores sólo aprovechan dos campañas de fructificación, por la sucesiva disminución de rendimientos y calidad de los frutos.

No se conoce la duración de la vitalidad de las semillas después de que éstas han sido extraídas de los frutos, pero con frecuencia aparecen plántulas en los huertos donde se los cultiva. En laboratorio se han obtenido plántulas incluso después de 15-20 días de desecación de las semillas.

Aspectos ecológicos y fitogeográficos

S. muricatum es una especie tropical, de climas templados, montanos y costeros. En el área andina los cultivos se localizan en los valles interandinos y en las vertientes occidentales, desde los 900 hasta aproximadamente 2 800 m. Estos límites se enmarcan dentro de 24 °C en el límite inferior y 18 °C en el superior, con precipitaciones entre 500 y 800 mm anuales. Las características climáticas descritas corresponden a la parte alta del bosque seco subtropical y del bosque seco montano bajo o a la yunga alta y la quechua del Perú. Los cultivos costeros se practican al sur de los 7° lat. S, durante el otoño e invierno cuando la temperatura oscila entre 21 y 17 °C y la humedad atmosférica aumenta por efecto de las neblinas y garúas.

El cultivo original de S. muricatum se extendió a lo largo de los Andes, desde el sur de Colombia hasta Bolivia y la costa del Perú. Durante la Colonia se introdujo en México y América Central, donde se le conocía como Solanum guatemalense.

Diversidad genética

La especie muestra amplia variabilidad intraespecífica, lo que ha causado la sinonimia antes mencionada. La variación morfológica se evidencia en la división de la lámina foliar (compuesta y simple), pubescencia de tallos y hojas (glabras-estrigosas) y forma, color y consistencia de los frutos. Se ha detectado variación fisiológica en la formación de frutos y semillas, pues hay biotipos que producen frutos después de la polinización y contienen semillas fértiles, y otros que forman frutos partenocárpicos y sin semillas debido al polen estéril.

Las correlaciones entre los caracteres descritos no se han establecido y merecen investigaciones específicas. Se han descrito variedades y formas. Entre las primeras, `Protogenum' se caracteriza por tener hojas compuestas y `Typica' por tener hojas simples. Dentro de esta última se distingue la forma glaberrimum, con hojas glabras.


FIGURA 19
Frutales andinos: A. pepino dulce (Solanum muricatum); A1. flor; A2., A3. frutos; B. tomate de árbol (Cyphomandra betacea); B1. flor; B2. sección del fruto; C. papayo de altura (Carica pubescens); C1. hoja; C2. fruto; C3. sección del fruto.



Especies silvestres relacionadas. Este es un aspecto aún no definido. Investigaciones basadas en cruzamientos interespecíficos, relacionan S. muricatum con S. caripense H. & B. ex Dun., S. tabanoense Correll y S. trachycarpum Bitt & Sodiro. De éstas, la primera es considerada con mayores posibilidades de tal afinidad genética por haberse obtenido híbridos fértiles. De las otras especies existen menos pruebas, pero en el caso de tratarse de S. tabanoense, el origen de S. muricatum podría ser el sur de Colombia y Ecuador, pues ésta es el área de distribución natural de la especie con que se relaciona.

Cultivares conocidos y centros de diversidad. En la sierra de Cajamarca, Perú, se encuentra con regular frecuencia la forma típica de S. muricatum, con frutos subesféricos, de ápice hendido y color verde amarillento con algunos jaspes purpúreos. En la costa peruana se ha encontrado, en cultivos puros y comerciales, la forma glaberrimum, de la cual se distinguen dos cultivares:

`Morado listado': hojas verde oscuro, ramas suberectas y frutos ovoide-cónicos de tamaño variable; mesocarpo amarillento y muy dulce. Son los más apreciados en el mercado.

`Oreja de burro': hojas verde claro, ramas largas, semipostradas, frutos cónicos elongados, grandes o medianos, con poca pigmentación (pepino blanco); mesocarpo blanco arenoso y menos dulce.

La var. `Protogenum' ha sido descrita para Colombia y Ecuador, donde no se conocen cultivares. En la costa norte del Perú se conoce un pepino morado, de forma subesférica y muy dulce. Los agricultores consultados dicen que «se ha perdido».

Es necesario recolectar material vivo en toda el área de distribución de S. muricatum para establecer un banco de germoplasma.

Prácticas de cultivo

La propagación generalizada es por esquejes. La preparación de éstos consiste en escoger las ramas sanas y maduras y cortarlas en una longitud de 30-35 cm; luego se dejan a la sombra por espacio de 2-3 días para que se produzca una ligera deshidratación y se promueva un rápido enraizamiento. El suelo, con suficiente humedad, se prepara arando en surcos. Después de 4-5 días se hace el «aclarado» del surco, que consiste en desterronar más el suelo y profundizar los surcos para una buena infiltración del agua, sin anegar el camellón. La plantación de los esquejes se realiza en húmedo, en el tercio inferior de la costilla del camellón, a 50 cm de distancia entre planta y planta. La distancia entre surcos es de 80 cm.

Las labores culturales consisten en riegos, escardas y aporcado. Los riegos son frecuentes en los primeros días después de la siembra y luego se distancian de acuerdo a las necesidades. Durante la maduración de los frutos se suspenden los riegos. El aporcado se realiza 30-35 días después de la siembra y se aprovecha para enterrar el abono.

En el Perú, S. muricatum es poco cultivado comercialmente y se desconoce el rendimiento por unidad de superficie, así como la extensión dedicada a este cultivo.

Perspectivas de mejora y limitaciones

Las limitaciones en los países de origen están determinadas por:

• la «marginación social» de los frutos, que es causa de su escaso consumo;

• la subutilización de la variabilidad genética;

• la falta de técnicas comerciales de cultivo;

• el trasporte inadecuado de los frutos.

Sin embargo, estas limitaciones no constituyen factores que impidan definitivamente el cultivo extensivo de S. muricatum. Esta es una de las especies nativas que más posibilidades tiene para superar su actual marginación, pudiéndose fácilmente diversificar la disponibilidad de frutos y ampliar las posibilidades de consumo y exportación.

Líneas de investigación

La promoción sostenida del cultivo de S. muricatum debe basarse en un programa de investigación multidisciplinario, que incluya:

• exploraciones botánicas, en el ámbito de la dispersión primaria, que permitan reconocer la amplitud de la variabilidad intraespecífica y definir los centros de diversidad genética;

• investigaciones anatómico-morfológicas, de biología floral y citogenéticas, para interpretar el comportamiento ecofisiológico y la variabilidad genética;

• investigaciones fenológicas y de técnicas agronómicas de cultivo en diferentes áreas ecológicas, para conocer las necesidades nutricionales, de sanidad y las potencialidades de rendimiento.

Las líneas de investigación deben estar orientadas a caracterizar cultivares e implementar un banco de germoplasma.

El uso alterno de la propagación vegetativa y sexual debe ser mejor explotado. La primera sirve para estabilizar las formas varietales y acortar el ciclo biológico, y la segunda para promover la diversidad genética.





TOMATE DE ARBOL
(Cyphomandra betacea)
Nombres botánicos: Cyphomandra betacea (Cav.) Send., C. crassifolia (Ortega) Kuntze, Solanum crassifolium Ortega, S. betacea Cav.
Familia: Solanáceas.
Nombres comunes: castellano: tomate de árbol, berenjena, sachatomate, yuncatomate (Perú), limatomate, tomate de monte, tomate de La Paz (Bolivia, Argentina); inglés: tamarillo, tree tomato.

Es una especie nativa de los Andes cuya domesticación y cultivo son anteriores al descubrimiento de América. A pesar de esta antigüedad, no se conocen nombres en lenguas nativas.

Usos y valor nutritivo

C. betacea se cultiva por sus frutos. Estos constituyen un recurso alimenticio y materia prima potencial para la industria de mermeladas. Los campesinos atribuyen a los frutos propiedades medicinales para aliviar enfermedades respiratorias y combatir la anemia. Los frutos del tomate de árbol contienen niveles adecuados de vitamina A, B6, C, E, además de hierro.

Los frutos se consumen crudos o cocinados; en todos los casos se elimina la cáscara por ser ésta de sabor amargo. En estado maduro, los frutos se comen crudos como fruta. Más frecuente es el consumo en postre de los frutos cocinados en almíbar: se cocinan brevemente los frutos enteros y pedunculados en agua, a fin de que se pueda desprender la cáscara. Luego se prepara la miel con canela y clavo de olor, se agregan los frutos pelados y se dejan hervir hasta tomar una consistencia adecuada.

En estado premaduro y cuando los frutos están tomando la coloración anaranjada, se utilizan en el Perú para preparar una salsa conjuntamente con rocoto (Capsicum pubescens R. & P.). La preparación de ésta consiste en asar los frutos ligeramente a la brasa, lo cual facilita el desprendimiento de la cáscara (epicarpio). Luego se muelen con rocoto y sal. Esta salsa picante se consume como un aperitivo. En los lugares de la sierra donde no se cultiva tomate (Lycopersicon sp.), los frutos de tomate de árbol sirven para preparar guisos, sustituyendo de esta forma a los tomates.

Descripción botánica

Arbolillo de 2-3 m de alto, tallo único, monopodial, ramificado a la altura de 1-1,5 m en dos o tres ramas. En la rama se repite el mismo modelo de ramificación. Hojas cordiformes, de 17-30 cm de largo, 12-19 cm ancho, subcarnosas, suavemente pubescentes en el envés. Inflorescencia caulinar, opuesta a la hoja. Flores de 1,4 cm de longitud, cáliz persistente en el fruto, corola blanco-rosada, rotado-campanulada con los ápices reflexos, estambres conniventes, más cortos que la corola, anteras amarillas, dehiscentes por dos poros apicales, estilo emergente entre las anteras. Fruto de 5-7 cm de largo, ovoide, glabro, de color amarillo verdoso a anaranjado con jaspes longitudinales; mesocarpo anaranjado.

Fenología. Al parecer no se han realizado investigaciones para conocer las fases de crecimiento de esta planta. Por esta razón, la descripción fenológica que sigue es una aproximación y el resultado de observaciones de campo e información proporcionada por campesinos. La propagación más frecuente es por semilla, sin embargo también puede hacerse por esquejes.

La planta tiene una vida aproximada de 3-4 años y la floración se inicia 8-10 meses después de la siembra en terreno definitivo. El período de floración comienza simultáneamente con la ramificación del tallo principal. La primera inflorescencia se produce cerca del punto de ramificación del tallo principal, y las siguientes en el extremo de las ramas, cerca de su respectiva ramificación. La floración es continua y el número de inflorescencias está en relación directa con la ramificación de la planta.

La planta es perennifolia y la emisión de hojas es continua. Sin embargo las hojas inferiores caen sucesivamente, quedando el tallo principal y la parte inferior de las ramas desprovistos de hojas.

Aspectos ecológicos y fitogeográficos

C. betacea crece mejor en regiones con temperaturas entre 18-22 °C y precipitaciones de 600-800 mm anuales. Estas características climáticas se presentan en los Andes a altitudes medias (1 800-2 800 m). Observaciones en huertos familiares demuestran que las plantas crecen mejor en asociación con árboles (Erythrina edulis, Juglans neotropica), donde se ha formado un microclima más húmedo, con menor deshidratación del suelo y donde la luz es difusa. Las plantas de tomate de árbol no soportan bajas temperaturas (heladas). Las altas temperaturas también afectan a la floración y fructificación, al igual que las sequías prolongadas.

C. betacea se cultiva esporádicamente desde México y las Antillas hasta Argentina. No se conocen poblaciones silvestres, y se presume que su domesticación es reciente. El cultivo se extiende a áreas subtropicales, como Nueva Zelandia, donde está muy avanzado, al sur de Europa, y en áreas tropicales de otros continentes, a India y el sureste de Asia.

Diversidad genética

Se conoce únicamente en estado cultivado. Las poblaciones muestran variabilidad en la pigmentación del follaje tierno; color, forma y espesor del mesocarpo del fruto. Algunas tienen en el mesocarpo grupos de células silicosas, lo cual disminuye la calidad de los frutos. Según los agricultores, el color del follaje verde amarillento está relacionado con la producción de frutos amarillentos, y el follaje verde purpúreo con la producción de frutos anaranjado-rojos. La forma de los frutos varía de subesféricos a ovoides con ápice un poco agudo. Investigaciones en este aspecto son necesarias para dilucidar la amplitud de la variabilidad y las relaciones fitogenéticas con especies silvestres.

Especies relacionadas. Hay unas 50 especies de Cyphomandra que se encuentran desde el sur de México hasta Argentina. Se consideran como especies afines al tomate de árbol C. bolivariensis y C. hartwegii. Esta última produce frutos comestibles, se cultiva esporádicamente y ha sido usada como patrón para injerto. Otra especie de frutos comestibles, C. cajanumensis, o casana, originaria de Ecuador, se cultiva en Nueva Zelandia.

Prácticas de cultivo

El cultivo comercial de C. betacea es incipiente, a pesar de que su cultivo es frecuente en los huertos de las casas rurales y urbanas. En éstos se cultivan muy pocas plantas (2-4) para consumo familiar y sólo ocasionalmente se expende en los mercados locales.

Las técnicas de cultivo se basan en la propagación por semillas y por esta razón el cultivo tiene dos fases:

Almácigo. Las semillas extraídas de frutos maduros se dejan secar por 10-15 días al ambiente y luego se colocan en un almácigo. Demoran 30 días para germinar y cuando las plantas tienen 15-20 cm de alto (3 ó 4 hojas) se trasplantan a terreno definitivo.

Siembra. Considerando que las plantas se cultivan en huertos, donde no existe una plantación regular, no se tiene información sobre la profundidad de siembra, distancia entre plantas, ni sobre las labores culturales y sanitarias.

El cultivo basado en la propagación vegetativa es muy poco conocido. Se informa que en Colombia se cultiva por estacas, que deben tener de 20-30 cm y que enraízan después de 30 días de su plantación quedando así aptas para ser sembradas en el terreno definitivo. En Cajamarca, Perú, se conoce, como experiencia singular de un agricultor, un caso de propagación por estacas.

Perspectivas de mejora y limitaciones

El cultivo de C. betacea es promisorio y debe ser objeto de investigación y experimentación en cultivos comerciales que permitan generar tecnologías aplicables.

Las limitaciones de C. betacea están determinadas por el estado tradicional del cultivo, antes que por las características de la planta. El estado actual se caracteriza por:

• falta de identificación de cultivares;

• ausencia de técnicas de cultivo a nivel comercial y de manejo de las plantas (técnicas de poda y regeneración de plantas);

• cultivo limitado a huertos familiares;

• presencia de enfermedades micóticas (oidiosis) y plagas de insectos que atacan a las hojas.

Se ha detectado que la especie no es muy estable en las características obtenidas por selección, como color, tamaño, dulzura de los frutos y rendimientos. Sin embargo, es necesario reconocer que aquellas características han sido detectadas en cultivares desarrollados fuera del área de dispersión natural (Nueva Zelandia) donde pueden haber influido factores ecológicos.

Las perspectivas del tomate de árbol se deducen de la calidad y diversidad de uso de los frutos. La más importante y potencialmente explotable es la trasformación industrial de los frutos en mermeladas. Esta agroindustria promovería el cultivo en mayores extensiones, ampliaría el mercado y se desarrollarían cultivares de mayores rendimientos y de mejor calidad de frutos.

Líneas de investigación

El cultivo intensivo de C. betacea con fines industriales conlleva realizar diversas investigaciones tendentes a obtener una mayor producción. Para ello se recomienda:

• Experimentar la propagación vegetativa mediante el uso de hormonas que aceleren el enraizamiento y activación de yemas. Los resultados podrían adelantar el período de floración.

• Buscar técnicas de poda y activación de yemas durmientes. La eliminación de la dominancia apical a temprana edad origina ramificación a menor altura. Las plantas después del segundo año de vida presentan muchas yemas durmientes en la parte inferior de las ramas y en el tallo principal, las mismas que al activarse formarían ramas nuevas e incrementarían la producción.

• Reconocer la variabilidad genética de la especie en el ámbito de su distribución geográfica natural y de las especies afines, para seleccionar cultivares e intentar obtener
híbridos.

• Investigar la biología floral e identificar el posible papel de los insectos polinizadores.





PAPAYO DE ALTURA O CHAMBURU
(Carica pubescens)
Nombres botánicos: Carica pubescens Linne & Koch, Vasconcellea pubescens A.DC., C. candamarcensis Hook, C. cundinamarcensis J. Linden.
Familia: Caricáceas.
Nombres comunes: chilhuacán, chiglacón, chamburu (Ecuador), chamburu, huanarpu hembra (Perú, Bolivia); castellano: papaya de monte, papaya arequipeña; papaya de altura (Perú, Bolivia), papayuela (Colombia); inglés: mountain papaya.

Carica L. es un género originario de América tropical y subtropical, del que se han descrito 40 especies nativas desde México hasta el norte de Argentina. De éstas, C. papaya L. es la especie que más se cultiva en los trópicos del mundo.

En los Andes, a altitudes donde no se puede cultivar C. papaya, crecen algunas especies de Carica que pueden constituir cultivos promisorios. Entre estas especies está C. pubescens, cultivada en huertos familiares desde Colombia hasta Bolivia. Es probable que esta especie haya sido extraída de los bosques perennifolios andinos y puesta en cultivo en los huertos como planta de adorno y por sus frutos, que en estado maduro se consumen crudos o cocinados. La historia de este frutal andino no es muy conocida, pero es posible que su cultivo sea relativamente reciente, aunque se cultivaba antes de la introducción de C. papaya.

Se puede asumir que la introducción de C. papaya en América del Sur podría haber detenido la evolución del cultivo de C. pubescens y de otras especies relacionadas. La marginación de esta especie también se puede atribuir a la indiferencia de los indígenas andinos y a la falta de estímulos para emprender estudios botánicos, como está ocurriendo con especies de otras familias.

Usos y aplicaciones

C. pubescens es aprovechada principalmente por sus frutos, aunque otras partes de la planta tienen importancia medicinal. Los frutos, en estado maduro, se utilizan en la repostería familiar, en la elaboración de mermeladas y bebidas. La fruta verde hervida o cocida al horno puede consumirse como legumbre. En estado verde constituye un recurso para la obtención de látex. Este, por su contenido de papaína, tiene aceptación en el mercado internacional, para uso en la industria farmacológica y como ablandador de carnes. En el área de mayor cultivo (Colombia, Chile y norte de Ecuador) se utilizan los frutos en el tratamiento de la arterioesclerosis.

En el Perú, en los huertos de Urubamba (Cuzco), a 2 800 m, se han observado plantas mucho más altas, robustas y ramificadas que los biotipos de Cajamarca. Estas características determinan que la producción y el tamaño de los frutos sean mayores, habiéndose contado en una planta adulta hasta 200 frutos. Los frutos se usan para ablandar la carne vacuna dura. Para ello, se extrae el látex, con el cual se frota la carne, que luego se deja reposar por 4-6 horas. Según el conocimiento popular, el látex se aplica contra la micosis cutánea y la verruga plana; también es utilizado como vermífugo, en el tratamiento de la enteritis de los niños en la época de dentición, contra la diabetes y enfermedades hepáticas. Por su efecto proteolítico actúa sobre las células de la superficie epidérmica y sus patógenos.

Descripción botánica

Arbusto de 1-2 m, tallo principal poco ramificado, base ancha con cicatrices foliares conspicuas; apariencia de una pequeña palmera. Hojas pecioladas, pecíolos de 17-34 cm de longitud; lámina dentalobulada, de contorno pentagonal, de 20-26 cm de longitud y 34-40 cm de ancho. Lóbulo medio con 3-5 lobulillos laterales, oblongo-acuminados. Frutos pequeños, de10-15 cm, de color amarillo, con cinco lados. La mayoría de las plantas son dioicas.

Fenología. Existen pocos estudios fenológicos, sobre todo en lo relativo a los aspectos de edad de floración y duración de producción de la planta. Las evaluaciones empíricas indican que las plantas obtenidas por semillas alcanzan su edad de floración a los 10-12 meses y el ciclo biológico termina a los cinco años. El crecimiento es lento y la emisión de follaje es continua, pero las hojas inferiores van cayendo. Se producen muy pocas ramas laterales, excepto cuando se corta la yema principal. Alcanzada la edad de floración, ésta es continua y simultánea con la emisión de hojas.

Los frutos maduros son comidos por aves, las mismas que al perforar el mesocarpo provocan la caída de las semillas. Estas tienen gran capacidad de germinación, sin necesidad de pasar por un período de dormición. Las semillas inician su germinación a los 30 días, habiéndose comprobado un 60 por ciento de germinación.

Aspectos ecológicos y fitogeográficos

Este frutal crece en climas templados a subcálidos. En general, las Caricáceas de altura habitan la zona de bosque seco montano bajo. En los Andes, estas zonas se ubican entre los 2 000-3 000 m según la latitud y corresponden a las zonas agroecológicas de jalca y quechua, en el Perú, con precipitaciones anuales entre 500-1 000 mm. Las temperaturas promedio oscilan entre 12 y 18 °C (22 °C en invierno y a mediodía) y el clima es subhúmedo.

La especie es sensible a las bajas temperaturas del amanecer y al intenso sol del mediodía en el invierno (mayo-septiembre). Estos extremos de temperatura afectan al follaje y a la maduración normal de los frutos. Aunque es necesario hacer mayores comprobaciones, parece recomendable el cultivo en asociación con otros arbustos. Esto se deduce de su buen desempeño en los huertos profundos y con profusa materia orgánica. La planta no soporta sequías prolongadas porque presenta una profusa caída de hojas.

La distribución geográfica de C. pubescens es amplia a lo largo de los Andes. Abarca las vertientes occidentales, orientales y valles interandinos, desde Colombia hasta Bolivia. Crece espontánea en la ceja de monte boliviana junto a otras especies silvestres, y en Colombia como especie de los márgenes de carreteras hasta los límites con el páramo.

Diversidad genética

C. pubescens es una especie bien definida y delimitada en cuanto a sus caracteres morfológicos, aunque éstos tienen variaciones como altura de la planta y ramificaciones; número de lóbulos y pubescencia de las hojas; tamaño y color del fruto, y cantidad del látex. Sin embargo, las diferencias más importantes se observan en las formas sexuales de las plantas. En esta especie, al igual que en C. papaya, existen tres formas sexuales: plantas pistiladas, estaminadas y plantas andromonoicas. Los individuos pistilados y estaminados no responden a los cambios climáticos estacionales, en tanto que los andromonoicos, sexualmente ambivalentes, forman flores femeninas, masculinas y perfectas (hermafroditas) en diferentes proporciones y según las características de la estación.

Es indudable que la variación sexual descrita, unida a la capacidad de formar híbridos con otras especies, otorga la posibilidad de generar nuevas combinaciones e incrementar la variabilidad. Las especies ecuatorianas C. pentagona y C. chrysopetala han sido cambiadas a híbridos interespecíficos. Se ha demostrado que C. pentagona resultó de la hibridación entre C. pubescens y C. stipulata, y que C. chrysopetala es el resultado de la hibridación entre C. pubescens y C. monoica.

En el área geográfica de distribución de C. pubescens no se reconocen cultivares, pero se puede asumir que el mayor centro de diversidad se ubica en el Ecuador y en el norte del Perú. Tampoco se tiene información sobre la organización de un banco de germoplasma de esta especie, que podría evitar la pérdida de cultivares o biotipos, generados por la selección de cultivos y por factores ecológicos.

Prácticas de cultivo

El conocimiento agrícola actual sobre C. pubescens en los Andes es reducido; su cultivo es tradicional y se practica en huertos de casas rurales como planta de adorno y para consumo de frutos a nivel familiar. En cada huerto se cultivan 1-3 plantas y éstas reciben el mismo manejo agrícola que las otras especies de la parcela, por lo que no se puede hablar de técnicas de cultivo específicas para esta especie.

Los campesinos reproducen este frutal por semillas u ocasionalmente por estacas. Se extraen las semillas de los frutos y después de un corto período de secado al ambiente, se hacen germinar en recipientes de arcilla quemada(tiestos) o en envaces que sirven como germinadores. Las plántulas son transplantadas a terreno definitivo cuando tienen 10-15 cm de alto (2-4 hojas). No se han ensayado cultivos puros y por esta razón no se conocel el distanciamiento entre plantas, pero de acuerdo al diámetro de la copa, puede estimarse en 3x3 m.

Los rendimientos por unidad de superficie son desconocidos, pero conteos en plantas de huertos indican que pueden producir 50-60 frutos en un período de creciminto que dura aproximadamente 4 meses.

Pespectivas de mejora y limitaciones

La comercialización de frutos de C.Papaya en los mercados y ciudades de la sierra limita el consumo de los C.pubescens. Se podría afirmar que la población rural consume mayormente estos frutos.Ocacionalmente se ofrecen en mercados e la sierra. Las mejores perspectivas de llevar a esta especie a cultivos comerciales, aún en pequeñas extenciones, son la extracción de látex en estado verde y semi maduro, y la elaboración de productos procesados como jugos y mermeladas.

La monoecia y/o dioecia que se presenta en las especies de Carica de altura (Andes) ha determinado algunas imprecisiones de la delimitación de la especie. Si a esto se añaden las afinidades que existen entre éstas y las posibilidades de generar híbridos interespecíficos, resulta evidente la necesidad de hacer estudios taxonómicos básicos.

Líneas de investigación

Se sugieren las siguientes líneas de investigación:


recolección de material genético y formación de un banco de germoplasma;


revisión taxonómica completa del género;


terminación de estudios etnobotánicos;


estudios de biología floral, formación de frutos, semillas y comportamiento de la variabilidad sexual de las plantas;


cultivos experimentales para definir el comportamiento fenológico y formas de manejo del cultivo;


experimentos de hibridación con otras especies y uso de técnicas de micropropagación.

C. pubescens es una especie con varias opciones que permitirían mejorar e incrementar el estado actual de su cultivo, pero para ello se requieren ulteriores investigaciones. Su incorporación en el marco de los cultivos comerciales y extensivos sería otro factor de desarrollo para las casi agotadas áreas rurales de los Andes.

Bibliografía

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El autor de este capítulo es I. Sánchez Vega (Universidad Nacional de Cajamarca, Cajamarca, Perú). .

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